Desapego y salud emocional

El término desapego significa ser capaces de sortear las barreras de nuestra zona de confort para dejar de necesitar, de depende de vivir con miedo a perder dimensiones a las que nos aferramos en exceso.

Pensemos, por ejemplo, en esos padres sobreprotectores que fomentan en sus hijos un apego muy intenso hacia ellos, hacia la figura paterna y materna. Este niño/a no podrá madurar con la suficiente autoestima como para enfrentarse a la vida sin miedos, sin temores. Siempre sentirá ese “cordón umbilical”  un hilo invisible  hacia el núcleo familiar, esa inseguridad, esa falta de autonomía.

¿Y qué hay de nuestras relaciones afectivas?

¿Qué ocurre cuando desarrollamos un apego ciego y desmedido hacia nuestra pareja? 

QUE DEJAMOS DE SER. Nos desconectamos que ya no podemos diferenciar el “yo” del nosotros, nos volvemos dependientes y, poco a poco, desarrollamos un apego disfuncional.

CLICS que nos puede enseñar a romper el hilo y  desarrollar el “desapego”:

El desapego no es romper los vínculos emocionales, es reforzarlos con mayor equilibrio

Es posible que la palabra “desapego” confunda a muchos. “Despegarse” no sería en este contexto emocional la idea de alejarse de alguien y aún menos de “enfriar” nuestras relaciones. Practicar el desapego saludable es, en realidad, un principio que todos deberíamos aprender a practicar:

El desapego nos dice que las personas debemos aprender a ser autónomas, seguras de nosotras mismas y con una adecuada madurez emocional.

El apego saludable se relaciona en mayor medida con una buena autoestima, lo cual es un indicador de nuestro bienestar emocional.

Las personas que practican el desapego no tienen miedo a la soledad, son capaces de hacer cosas por sí solas con plena seguridad en ellas mismas y sin tener que depender de segundas opiniones.

El desapego nos permite romper esas cadenas que en ocasiones ponen otras personas sobre nosotros.

Tú eres responsable de tu vida

Tú, y sólo tú, eres responsable de tu propia vida. No eches la culpa a los demás de lo que te ocurre, no digas aquello de “nunca podré ser feliz porque la persona que amo no me quiere”, “jamás podré cumplir mis sueños porque mi familia dice que no tengo capacidad suficiente”.

Este tipo de expresiones son los clásicos ejemplos del apego más tóxico y peligroso. ¿Por qué debe depender tu felicidad de segundas personas? No lo hagas, no lo permitas. Desde el momento en que tu propio bienestar depende de lo que otra persona haga, diga o deje de hacer, estarás haciéndote daño a ti misma.

¡Rompe las cadenas y hazte responsable de tu vida!

Eres una persona libre, pero favorece también la libertad de los demás

Ahora ya sabes que no es adecuado depender de otros para ser feliz, para ser uno mismo y para conseguir los propios objetivos en la vida. Sin embargo, es importante saber también que no se debe poner bajo cadenas a otras personas. Debes contar con tu propia libertad, pero a la vez, respetar también la de los demás.

Amar a alguien no es controlar o dominar. Querer es confiar y, al mismo tiempo, en la confianza está implícita la libertad. Por ejemplo, si tú quieres a tu pareja no tienes por qué controlarlo a cada instante para saber qué está haciendo, tú sabes que te quiere y que, por tanto, no te va a traicionar. Tú confías y ofreces espacios personales a quienes amas.

Aprende a vivir en el presente

En ocasiones, pasamos gran parte de nuestro día a día recordando esos fracasos que nos marcaron, esas pérdidas, esos caminos que no nos atrevimos a tomar por indecisión... ¿Qué sentido tiene fijar toda nuestra atención en algo que ya no está, que ya no existe?

Nuestros APEGOS se anclan, sobre todo, en esos hechos del pasado que nos unen inevitablemente a algo que nos hace daño. Tomar consciencia en estar más presente, a valorar el “aquí y ahora”, es mágico porqué es en este mismo momento cuando se abren miles de oportunidades.

No la pierdas, el pasado ya no existe y el mañana aún no ha ocurrido… ¡Vive al máximo tu presente!

Toma conciencia de que nada es eterno, que las pérdidas forman parte de la vida

En nuestra vida, nada es eterno. La vida fluye, se mueve, cambia a cada instante y son muy pocas las cosas que podemos retener.

No vamos a poder conservar la juventud eternamente, muchas amistades se hacen y se deshacen, el amor de hoy puede ser las lágrimas de mañana, nuestros ancianos nos dejan, los hijos crecen…

Es importante que aprendamos a aceptar que las pérdidas van a hacer acto de presencia a lo largo de nuestra existencia, de ahí la importancia de desarrollar un apego saludable, aceptando que puedes perder eso que ahora amas, pero no por ello tu vida va a detenerse. 

Toma conciencia de todos estos aspectos y ponlos en práctica siempre que puedas.

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