Llámanos distorsiones cognitivas a las malinterpretaciones erróneas y desadaptativas que podemos sufrir a la hora de procesar la información. Por ejemplo, las personas que padecen depresión suelen experimentar distorsiones cognitivas en las que su autoconcepto se ve afectado de manera reiterada. Detectar estas distorsiones y entrenar nuestra mente en reinterpretarlas y relativizarlas es muy importante de cara a mantener un buen ajuste psicológico.
En ocasiones, las personas están tan centradas en sus distorsiones cognitivas que las interpretan como verdades absolutas y resulta muy difícil ayudarles a romper el bucle al que pueden verse abocadas. La ayuda psicológica resulta esencial en estos casos, ya que un buen profesional de la salud mental puede ayudar a relativizar estas creencias erróneas.
Ejemplo Terapéutico