APRENDER A NO HACER NADA

Serotonina, oxitocina, dopamina, cortisol…, un coctail de sustancias y hormonas en plena acción en nuestro cerebro para decidir entre todas la cantidad de felicidad y bienestar que nos corresponde.

El fracaso (que yo lo llamo intentos) nos enseña lo que el éxito oculta. Y es cierto. No se pueden tener demasiadas pretensiones si se quiere ser feliz porque en realidad, la vida es viva y es nuestra actitud la que marca la diferencia entre nuestras creencias y emociones. Si nuestra actitud es positiva nos sube el flujo de sangre en la corteza prefrontal y todo se ve de otro color. Aprendes a ser feliz a pesar de los sinsabores continuos de la vida. Y esto está científicamente probado”.

Y la clave es saber estar presentes en el aquí y el ahora para no quedarnos atrapados en el pasado ni agobiarnos pensando en el futuro y eliminar a las personas tóxicas de nuestra vida. Dejar que la vida fluya, practicar deporte, bucear en el ‘mindfulness’  que nos aporta conocimiento mediante la autoobservación y el sentir con todos los sentidos a la vez que cargarnos de vitamina N (NATURALEZA), vitamina P (PLACER) y vitamina R (RESPETO).. 

“Vísteme despacio que tengo prisa”

El síndrome de la ocupaditis o la cronopatía (la obsesión por aprovechar el tiempo) está llenando nuestras vidas de seres vivientes con carencias emocionales que no saben perder el tiempo y necesitan aprenderlo todo y controlarlo para no pensar y decaer: “El perfeccionismo y creer que no hacer nada es perder el tiempo genera una ansiedad asfixiante, pero lo más importante de todo para que la pena y la soledad no nos marchiten es sentirse querido y acompañado. Está científicamente probado que si te sientes querido, aumenta la oxitocina (hormona de la empatía y del apego) a y baja el cortisol (hormona de la supervivencia, el miedo y el estrés) reforzándose el sistema inmunológico.

Y más si lo aderezamos con un toque de sentido del humor y nos permitirnos descansar, meditar y dedicarnos tiempo para nosotros.

Qué tal si practicamos la paciencia, la constancia, la disciplina y el conectarnos con nosotros porque si nos cuesta conseguir las cosas las valoramos más y si, por el contrario, las conseguimos de forma muy rápida, la posibilidad de aburrirnos o abandonar el proyecto que hemos emprendido, aumenta considerablemente.

Esto se ve en los colegios con unos índices de déficit de atención alarmantes y en aumento. Con niños y adolescentes que conectan mejor con pantallas que con personas. Y también en los adultos que, debido a las tecnologías, van dejando las relaciones sociales de lado.

HAGAMOS DE CADA INSTANTE ALGO ÚNICO=ICHIGO-ICHIE (UN ENCUENTRO, UNA OPORTUNIDAD).

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